Eusapia Palladino la médium que asombró a la ciencia de su tiempo

 

Imagen/Pixabay

 

Como sabemos, los médiums son personas que dicen ser capaces de comunicarse con los muertos o incluso convertirse en una especie de canal mediante el cual un espíritu se pueda manifestar usando su cuerpo.

 

En la actualidad no parece haber tantos médiums como en la etapa espiritista de la parapsicología que tuvo su clímax tras el surgimiento del caso de las hermanas Fox en 1848, hoy en día parece más un fenómeno que se puede prestar a la charlatanería y el espectáculo con personajes como Tyler Henry conocido como "El Médium de Hollywood" o Teresa Caputo del conocido programa "La Médium", personajes que desde mi punto de vista dejan mucho que desear y en algunos casos rayan en el ridículo, pero a pesar de ello tienen muchos seguidores y personas que contratan sus servicios a precios desorbitantes.

Casos como el de los personajes mencionados desvirtúan totalmente la seriedad que se le puede dar a otros que sin buscar los reflectores o aprovecharse de la gente para llenar sus bolsillos tienen incluso la mala fortuna de vivir experiencias que pueden llegar a ser aterradoras.

Algunos médiums desarrollan ciertas habilidades después de vivir situaciones traumatizantes que los han llevado a experiencias cercanas a la muerte o accidentes en los que llegan a golpearse fuertemente la cabeza, lo que funciona como detonante para el surgimiento de alucinaciones y visiones que en ocasiones pueden llegar a materializarse.

Quizás uno de los casos de mediumnidad más conocidos desde que el espiritismo tuvo protagonismo en la historia, es el de la Italiana Eusapia Palladino, quien nace en Minervino de Murge, provincia de Bari en 1845, justamente tres años antes de los acontecimientos de las hermanas Fox.

Eusapia Palladino/Wikimedia Commons

Su infancia en el seno de una familia extremadamente humilde no fue de lo mejor, tal vez podría considerarse que tuvo una niñez traumatizante ya que se dice que su madre murió poco tiempo después de dar a luz; al cumplir un año estuvo en peligro de morir a causa de un fuerte golpe en la cabeza durante una caída. Pero lo más terrible para la pequeña Eusapia fue el hecho de haber presenciado la muerte de su padre a manos de unos delincuentes cuando ella apenas tenía ocho años.

Desde pequeña empezó a tener alucinaciones y experiencias extrañas que desconcertaban a su abuela, quien la cuidaba después de haberse quedado huérfana. A los trece años la envió a trabajar con un empleado del servicio de correos de nombre Murialdi quien era aficionado al espiritismo y organizaba algunas sesiones mediúmnicas, y es precisamente durante algunas de estas sesiones que Murialdi empezó a notar que fenómenos extraordinarios como la levitación de objetos sucedían con mayor frecuencia cuando Eusapia se encontraba presente. Al darse cuenta de las habilidades de la niña, decidió llevarla con permiso de su abuela con un amigo que se dedicaba al espiritismo de manera formal. 

 

Después de varios meses de pruebas en diferentes sesiones, las manifestaciones no se hicieron esperar, se escuchaban ruidos extraños, silbidos y raps, además de que los asistentes a estas reuniones decían sentir algunos roces en la piel sin explicación alguna. A pesar de estos eventos, para Eusapia no resultaba importante y se dice que cumplió con su deseo de convertirse en bordadora como varias mujeres de la época, dejando en segundo termino las sesiones mediúmnicas a las que asistía de manera esporádica.

En 1891 se dijo que Eusapia se encontraba en sesión mediúmnica cuando en aquella ocasión se presentó el distinguido criminólogo y psiquiatra Cesare Lombroso, quien a pesar de que había escuchado sobre varios casos de fraude en este tipo de reuniones, se encontraba aún curioso de lo que se contaba de la médium. Fue en el transcurso de esta sesión cuando Lombroso la interrumpe encendiendo las luces y entonces empezó a ver como una mesa empezó a vibrar para después elevarse en el aire sin que nadie la tocara o hubiera alguna cuerda de por medio, la mesa se desplazó hasta donde se encontraba Eusapia atada de pies y manos, hecho de dejó asombrado al criminólogo.

 

 

Cesare Lombroso, el criminólogo que decidió hacer pruebas a Eusapia Palladino/Welcome Collection

 

Aunque Cesare Lombroso se declaraba escéptico de estos fenómenos, se dice que a partir de presenciar aquella sesión, invitó a Eusapia para que se le realizaran varias pruebas en las que diversos hechos asombrosos volvieron a suceder; objetos levitantes, manos invisibles que tocaban a los que ahí se reunían o que tocaban instrumentos musicales, y se dice que incluso llegaron a suceder materializaciones de partes corporales.

 

Las pruebas que se le realizaron a Eusapia Palladino fueron presenciadas por personajes distinguidos de la época como Pierre y Marie Curie, además se dijo que se tuvo control y observación minuciosa para evitar algún fraude. En una de aquellas sesiones el mismo Cesare Lombroso relataría que la silla en la que se encontraba sentado empezaría a vibrar y sintió como se elevaba a unos centímetros del piso.

 

Una mandolina levitando sobre la cabeza de Eusapia Palladino/Wikimedia Commons

Desde luego, hay quienes siguen pensando que muchos de los eventos acontecidos en aquellos tiempos no fueron más que producto de la superstición y las asombrosas habilidades de alguno prestidigitadores. Lo cierto es que no se puede comparar lo sucedido con Eusapia Palladino o las hermanas Fox con los charlatanes de nuestros días que salen en televisión presentándose como los médiums de las estrellas de cine y comercializando sus engaños al mejor postor.