Radiestesia: El radar psíquico de los zahoríes
Imagen/Pixabay |
Dentro del reino animal existen algunas especies capaces de emitir ondas a través de sonidos ultrasónicos imperceptibles para el oído humano, estos sonidos generan ondas que al chocar con paredes y objetos regresan y permiten a los delfines, algunas ballenas y a los murciélagos orientarse; bajo este principio es que fue creado el radar.
La eco-localización no forma parte de las habilidades del ser humano pero no se descarta que pueda desarrollarla, ya que se sabe por ejemplo, que cuando se sufre la perdida de un sentido se pueden potenciar los otros, pues se dice que algunas personas ciegas han sido capaces de hacer uso de la eco-localización emitiendo algunos chasquidos con la boca para orientarse.
A la manera en como el cerebro se adapta potenciando los demás sentidos ante la pérdida de alguno se le conoce como reutilización neuronal. Aquí podríamos preguntarnos ¿Será posible que aprendamos a bloquear algunos sentidos a voluntad para desarrollar otros según nuestras necesidades?
En algunas civilizaciones antiguas se consideraba que el cabello largo funcionaba como una especie de antenas para poder ubicarse con facilidad en territorios desconocidos, tal y como lo hacían los indios de Norteamérica. Se dice que durante la guerra de Vietnam fueron reclutados algunos jóvenes indios para que funcionaran como rastreadores en terreno vietnamita, pues se consideraba que estos hombres eran expertos para ubicarse en zonas boscosas y de difícil acceso; el problema surgió cuando los militares decidieron cortar el cabello de aquellos reclutas.
Los indios ancianos dijeron que al cortar el cabello de sus guerreros entonces habían perdido su sexto sentido y que mientras lo tuvieran corto no eran útiles para la guerra. Para algunas tradiciones antiguas el cabello es considerado una extensión del sistema nervioso, además de que funciona también como un regulador de las emociones, la memoria y el hambre. Es curioso que se mencione a la memoria puesto que los antiguos aztecas cortaban un mechón de cabello a los niños pequeños y lo conservaban hasta su muerte cuando cortaban otro mechón y los guardaban en una cajita para preservar la memoria del difunto.
Hay algunas teorías que hablan sobre las capacidades sensoriales y psíquicas del ser humano que si realmente tuvimos entonces no sería nada extraordinario ni fantástico pensar en los poderes psíquicos.
El hombre de las cavernas estaba probablemente dotado de un instinto animal, poderoso y sobrenatural. Entre estos hombres prehistóricos se encontraba el hechicero, que era brujo antes que Zahorí, título que se le daba al individuo más inteligente de la tribu, capaz no sólo de descubrir un manantial de agua oculto, alrededor del cual se asentaban, sino que él también elegía el mejor terreno de caza y los alimentos buenos o malos.
Se han hallado en grutas prehistóricas naturales grabados en la piedra, que según los especialistas serían representaciones de estos personajes con un objeto alargado en su mano, quizás antecesor de la varilla radiestésica.
Luego este arte fue reservado a la casta sacerdotal, algunos astrólogos y contados sabios que procedían con el mayor secreto, ya que cuando lo hacían en público el pueblo les atribuía un poder mágico sobrenatural a todos sus descubrimientos sensacionales de manantiales ocultos o minerales.
En la antigüedad las nuevas teorías encontraron muchas dificultades para abrirse paso, ya que se consideraba a quien utilizaba esta técnica como un brujo y sus descubrimientos eran atribuidos al demonio o a fuerzas sobrenaturales.
Durante el imperio romano diversos historiadores (Tertuliano, Eliano, Marcelino, etc.) describen los procesos practicados en aquel tiempo para descubrir corrientes de agua subterráneas y también minerales.
Desde el siglo VI hasta el siglo XI (edad media) no se ha podido constatar ninguna investigación en esta materia, recién en el siglo XV, la universidad de París dictaminó que los bruscos movimientos de las varillas se debían considerar producto de fuerzas diabólicas siendo condenada su práctica por Lutero a principios del siglo XVI.
En 1578 nació Juan de Chastelet Barón de Beausoleil en la región de Brabante en Bélgica, eminente mineralogista quien con su esposa, fue a las Guyanas para investigar el subsuelo de la región, donde realizaron considerables descubrimientos radiestésicos, prolongando su búsqueda hasta América del Sur.
Desde 1600 hasta 1640 este matrimonio descubrió numerosos yacimientos de plomo, cobre y plata en diversas regiones de Francia, algunas de esas minas se explotan en la actualidad.
Ellos usaban varillas de avellano y metálicas, pero a pesar de sus éxitos cayeron en desgracia del cardenal Richellieu y fueron arrestados en la Bastilla, donde Chastelet murió en 1645.
Al final del mismo siglo (1692) el radiestesista Santiago Aymar Vernay fue requerido por el juzgado de Lyon para la búsqueda del asesino de un matrimonio que vendía vinos, Vernay utilizó para su búsqueda una varilla de avellano ahorquillada.
Al siguiente año Nicolás De Grenoble publicó su “Arte de Descubrir los Manantiales Subterráneos”, asegurando que la varilla ahorquillada en las manos de un sujeto sensitivo, reacciona cuando éste anda sobre una corriente de agua o de algún objeto oculto de cualquier material que sea.
Uso de una rama en forma "Y" como instrumento radiestésico en 1732 Imagen/Wikimedia Commons |
Estas son solo algunas referencias históricas sobre el uso de la radiestesia como instrumento de localización de agua, minerales, objetos e incluso personas extraviadas.
En nuestros días no es muy común, pero se dice que en algunos países se recurre a los psíquicos que con la utilización de varillas o del péndulo han logrado localizar cadáveres para resolver algunos crímenes.
Pero... ¿Quién puede ser radiestesísta?
Se dice que no cualquier persona puede hacer uso de estas herramientas si no ha practicado lo suficiente para poder sensibilizar sus sentidos y su intuición, aunque por otro lado hay quienes desde pequeños ya cuentan con ciertas cualidades que les facilitan estas tareas.
Además de las aptitudes del radiestesísta creo que también deberíamos tener cierto conocimiento sobre las fuerzas naturales, como en el caso de algunas zonas consideradas con mayor carga magnética, por lo que el movimiento de las varillas o del péndulo pueden no obedecer precisamente a algún tipo de energía psíquica.
¿Cómo funciona la radiestesia?
La ley fundamental en la radiestesia, es la de RESONANCIA. Toda materia, cada objeto, cada cuerpo ya sea éste animado o inanimado, vibra e irradia energía. Cada cuerpo tiene su vibración específica propia, que lo diferencia de los demás.
Si la vibración propia de un cuerpo y un impulso vibratorio proveniente de su exterior se encuentran en armonía, es decir en un ritmo igual de vibración, es que se ha dado RESONANCIA.
Si los ritmos de vibración no son concordantes, entonces se produce la DISONANCIA.
Para poder llegar a lograr la RESONANCIA, es necesario en entrenamiento mental tal y como se describe a continuación:
Orientación Mental:
La OM es el consciente y mentalmente expresado deseo del operador, antes de cada investigación, de hacerse sensibles a las radiaciones que a él le interesan, con exclusión de todas las demás. Se debe orientar toda su atención a este deseo. Mediante esta concentración, y la utilización de la inteligencia y de los sentidos, se forma un bloqueo contra todo lo demás que no es objeto de la investigación que se quiere realizar.
Convención Mental:
Si la OM está correctamente realizada y la pregunta claramente formulada, debería haber entonces una reacción o respuesta del elemento radiestésico utilizado Pero, ¿Qué significa esta reacción?
Antiguamente cada uno tenía su convención o código propio. Hoy en día, internacionalmente se busca unificar ese código; es decir que todos hablemos el mismo idioma a la hora de la radiestesia.
Los movimientos de los instrumentos utilizados deben ser propios a éste. Así, al péndulo no se le puede pedir que realice saltitos, sino que sus movimientos serán circulatorios en uno u otro sentido, o de variantes horizontales y las varillas lo harán lateralmente.
La convención internacionalmente aceptada para el uso del péndulo es la siguiente:
a) Giro en sentido horario = Sí o Positivo.
b) Giro en sentido antihorario = No o Negativo.
c) Movimiento Oscilatorio = Orientación
En el caso (c), es decir, en el movimiento oscilatorio, éste estaría indicando un lugar si la pregunta ha sido orientada con ese fin. En otro caso el movimiento de oscilación del péndulo indicaría que no hay contestación o que la pregunta ha sido mal formulada.
Interrogación Mental:
Esta fase es la más difícil y también la más definitoria en toda práctica radiestésica. La IM es en realidad la posición pasiva a la que pasará ahora, saber si las varillas o el péndulo reaccionarán de forma afirmativa o negativa, según la convención acordada.
Es importante no interferir con el deseo propio, o con la ansiedad o temor, sino quedarse pasivo a la espera de la reacción del instrumento.
Los instrumentos en sí no perciben nada, el que percibe las cosas es el subconsciente del operador radiestésico, y nos lo hace visible a través de los movimientos.
La base fundamental de toda labor radiestésica es el absoluto dominio del espíritu, o sea de la mente humana. La herramienta que utilice el radiestesista es simplemente un instrumento indicador. Nuestra mente es la que realmente percibe las impresiones.
Al concentrarnos debidamente, baja de manera automática la frecuencia vibratoria del cerebro. Esto nos permite un más fácil acceso a nuestra mente subconsciente, y por ese medio a la obtención de la información que provenga de ella.
Como podemos ver, la radiestesia es un práctica fascinante que para la gran mayoría puede tratarse de "patrañas supersticiosas" pero al final a nadie se daña con hacer un práctica de vez en cuando, quizás encontremos algo... o alguien.
Fuente: Apuntes del Instituto Mexicano de Parapsicología