La Calavera de Cristal: un misterio para Indiana Jones
Foto de Manuel Corselas, Museo Británico. Wikimedia Commons. |
Existen infinidad de mitos y leyendas que se han creado entorno al mundo del misterio que van desde fenómenos paranormales, hasta supuestos descubrimientos arqueológicos relacionados con piezas antiguas de origen inexplicable, a las que se les atribuyen propiedades místicas y esotéricas.
Las famosas piedras de Ica y las calaveras de cristal son ejemplo de estos misterios. Pero estos misterios no siempre son reales, ya que, así como existen posesiones demoníacas falsas o avistamientos OVNI trucados, dentro del mundo de la arqueología misteriosa también hay varios engaños que han llegado a cobrar gran fama entre los curiosos y aficionados al mundo de lo inexplicable.
De las piedras de Ica, les recomiendo el libro de José Antonio Caravaca "Ica, la increíble historia de un pasado que nunca existió", es alguien ya muy conocido y con gran trayectoria en el mundo del misterio, además de que tuvimos el placer de entrevistarlo en uno de nuestro episodios de podcast.
Pero no es de las piedras de Ica de lo que trataremos en esta ocasión...
En la actualidad se conoce más a las calaveras de cristal por la cinta "Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal" que por la historia que se cuenta sobre estos objetos que se ha dicho son de origen muy antiguo.
Según se dice, fue en 1924 cuando el explorador Albert Mitchell-Hedges quien en compañía de su pequeña hija descubriera un misterioso cráneo de cristal en un yacimiento maya dentro de la ciudad de Labaantún en Belice.
Se dijo que desde entonces, tanto Albert como su hija Anna habían estado protegidos por una fuerza misteriosa que emanaba de la calavera. Según el mismo explorador, la calavera de cristal que tuvo durante 30 años le salvó la vida en distintas ocasiones siempre que la traía guardada a su espalda en una mochila, según dijo, logró sobrevivir a 11 intentos de asesinato en los que fué víctima de 3 puñaladas y 8 disparos que le causaron heridas graves, pero siempre logró salir avante, supuestamente porque la calavera lo protegía. Tras la muerte de Mitchell en junio de 1949, la calavera pasó a manos de su hija.
Sobre los extraños sucesos que acontecían a quienes estaban cerca de la calavera de cristal, se dijo que quienes permanecían mucho tiempo cerca de ella experimentaban fenómenos paranormales desconcertantes y estados alterados de consciencia que provocaba que las personas tuvieran visiones o la capacidad para escuchar sonidos que para otras personas resultaban inaudibles.
Se dijo también que la calavera era una obra de artesanía inexplicable por lo detallado y preciso de su hechura. Tenía un acabado que no habría sido posible lograr por civilizaciones antiguas, ya que se relacionaba a épocas prehispánicas dentro de las culturas maya, azteca o tolteca. Además se aseguraba que este cráneo había sido utilizado en sangrientos sacrificios y rituales mágicos cuyo fin era la eliminación de poderosos enemigos.
Al paso de los años se ha dicho que esta calavera estaba relacionada con civilizaciones extraterrestres y que probablemente era procedente de la Atlántida o Lemuria. Pero nada de esto ha sido confirmado.
Después de varias investigaciones se descubrió que la calavera no había sido encontrada en el lugar que se dijo inicialmente y que Mitchell-Hedges en realidad la había comprado en la casa de subastas Sotheby’s de Londres en 1943, precisamente el año en que la calavera se dió a conocer.
Cuando se presentó por primera vez, Mitchell dijo que la calavera de 22 cm. tenía una antigüedad de más de 3000 años y que los documentos que certificaban su descubrimiento se habían perdido a causa de un ciclón. Lo sospechoso de esto es que no se tenía nada sobre aquel yacimiento arqueológico, ni una fotografía del hallazgo.
Ya en 1970, Anna Mitchell-Hedges prestó la calavera para que se le realizaran estudios en los laboratorios de Hewlett Packard, los fabricantes de computadoras, ya que el material con el que está hecha la calavera es cuarzo piezoeléctrico, mismo que se utilizaba en la fabricación de circuitos.
Los resultados de aquella primera investigación indicaron que la calavera probablemente había sido tallada con diamante, ya que no presentaba rasguños, además de que su antigüedad seguramente no rebasaba los 150 años a lo mucho.
Ya en años más recientes, la calavera fue sometida a estudios de tomografía digital y análisis con microscopio de barrido electrónico, llegando a la conclusión de que probablemente había sido tallada en los años treinta. Con ello se derrumbaba todo mito y leyenda entorno a la famosa calavera de cristal.
Posteriormente, durante los años 80 y 90 fueron apareciendo diferentes calaveras de cristal que se presentaban como piezas de artesanía mesoamericana, sin embargo, no hay alguna con la que se demuestre que tenga un origen tan antiguo como se hizo creer con la calavera Mitchell-Hedges.
¿Y qué hay de los supuestos fenómenos paranormales que ocurrían a quienes estaban en presencia de la calavera?
Solo hay dos posibilidades, o todo fue un invento, como el mismo origen ancestral de la calavera, o se trató de una fuerte sugestión como suele suceder en casos semejantes.